Muchas veces, cuando leemos sobre Inteligencia Emocional y sobre la "Iluminación" que supone ser consciente de ella y de nosotros mismos y de lo que ocurre a nuestro alrededor, podemos encontrar paralelismos con el mundo místico o religioso o "autoayuda-sacacuartos" que tan de moda está hoy en día que pueden inducir a error y desviar la atención sobre el factor psicológico y relacionado con la neurociencia afectiva (término con el que se conoce la Inteligencia Emocional en el ámbito de la Ciencia).
Es por ello que el término ya conocido como "Conciencia Cósmica" nos puede servir de ayuda para entender el concepto que a continuación, y con la ayuda de varios autores voy a tratar de explicar.
La persona capaz de tener momentos de Conciencia Cósmica tiene la viva e impresionante sensación de que el Universo, tal como es, es tan bueno en su conjunto y en cada una de sus partes que no necesita ninguna explicación o justificación más allá de lo que sencillamente es. La existencia no solamente deja de ser un problema, sino que el acoplamiento recíproco de las cosas tal como son es tan autoevidente y autosuficiente, incluso lo que comúnmente se considera lo peor, que no deja de sorprendernos y resulta díficil encontrar palabras que expresen la perfección y la belleza de la experiencia. A veces, la claridad y sencillez que se desprende de ello produce la sensación de que el mundo se ha vuelto transparente y está impregnado de una inteligencia suprema. Al mismo tiempo, es común que el individuo sienta que el mundo entero se ha convertido en su propio cuerpo y que sea él lo que fuere-no sólo se ha convertido en lo mismo que todo lo demás, sino que siempre lo ha sido. No es que pierda su identidad hasta el punto de tener la sensación de ver con otros ojos, de llegar a ser omnisciente, sino que siente que su conciencia y existencia coinciden con la forma de ver temporalmente adoptada por algo inmensamente más grande que él.
El núcleo de la experiencia parece centrarse en la convicción o creencia de que el inmediato ahora, cualquiera que sea su naturaleza, es la meta y el cumplimiento de toda la vida. De esta creencia emana un éxtasis emocional, una sensación de profundo alivio y libertad, y a menudo de un casi insoportable amor por el mundo, el cual, sin embargo, es secundario. Con frecuencia, el placer de la experiencia se confunde con la experiencia y la comprensión súbita que emanan del éxtasis, de forma que al intentar retener los efectos secundarios de la experiencia el individuo no comprende que el inmediato ahora es completo, incluso si no produce éxtasis, ya que el éxtasis es una sensación necesariamente temporal dentro de la constante fluctuación de nuestros sentimientos. Pero la intuición perdura cuando es suficientemente lúcida; la facilidad permanece una vez se ha conseguido una habilidad especial.
De acuerdo con lo que dijo un sabio yogui, "el Mundo no es malo sino tu actitud hacia él". Si la creación es perfecta, si estás esencialmente iluminado, la pregunta referente a cómo experimentar la iluminación no debe plantearse de la siguiente manera:"¿Qué debo hacer para alcanzarla en el futuro?", sino "¿Qué es lo que estoy haciendo actualmente que me impide darme cuenta de que la tengo ahora mismo?". Ésta es la respuesta: el impedimento reside en todo aquello que se basa en el ego alienante y opuesto a reconocer la inteligencia que vive en todos nosotros, el amor, como Dante dice al final de la divina comedia, que es "sobre el cual gira toda creación".
Paradógicamente, la respuesta que buscamos no es otra que lo que ya somos en esencia. Nuestra condición original, nuestro verdadero sí-mismo, es Ser.
A través de los tiempos, y dependiendo de las culturas y tradiciones, ese Ser se deposita externamente en Dios, Mahoma, Buda...pero en realidad considero que es nuestra propia esencia. Nuestra propia conciencia.
Siempre he opinado que independientemente del Dios en que se crea, respetando todas las religiones y creencias existentes (porque todas son caminos emocionales acompañados de tradiciones y cultura) principalmente debemos creer en nosotros mismos, porque solo nosotros podemos hacer algo por nosotros.
Por consiguiente, la verdad de toda existencia y toda experiencia no es otra que el escueto "aquí y ahora", el presente, la esencia suprema de eso que investiga, lucha y pregunta: Ser. El viaje espiritual es el proceso que consiste en descubrir y vivir esa verdad.Equivale al ojo que se ve a sí mismo, o, mejor dicho, al Yo viéndose a Sí-Mismo.
Por consiguiente, la verdad de toda existencia y toda experiencia no es otra que el escueto "aquí y ahora", el presente, la esencia suprema de eso que investiga, lucha y pregunta: Ser. El viaje espiritual es el proceso que consiste en descubrir y vivir esa verdad.Equivale al ojo que se ve a sí mismo, o, mejor dicho, al Yo viéndose a Sí-Mismo.
Fuentes: Recortes de Wats,A.Huxley,Wilber,libros sobre IE,blogs con artículos...
Más sobre la Conciencia Cósmica??? :Uno de los autores más conocidos es R. Bucke.
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