miércoles, 27 de julio de 2011

No te pre-ocupes....ocúpate!

Cada persona está, a lo largo de su vida, rodeada de personas, hechos, retos, situaciones... y en la medida en que podemos, para sentirnos seguros, intentamos controlar o responsabilizarnos  del mayor perímetro posible de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y cuando no controlamos todo lo que nos gustaría, entramos en una espiral de stress, de agotamiento, sentimiento de que todo va en contra de nosotros, de que vamos contra la marea, de que todo nos sale mal, de que nadie nos entiende, de que nos pisan, atacan...

Y es que a veces nos empeñamos en abarcarlo todo sin pararnos a pensar.

Según Stephen R. Covey, existen dos núcleos que rodean a cada persona. Está el círculo de influencia y el círculo de preocupación.
 

En el círculo de preocupación están aquellos hechos que nos preocupan y que no podemos controlar hagamos lo que hagamos.

En el círculo de influencia están los hechos o situaciones que sí podemos cambiar mediante nuestra acción.

Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el círculo de influencia. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del círculo de influencia.
Por otra parte, las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas/situaciones, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De ello resultan sentimientos de culpa y de impotencia. La energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que se puede hacer algo, determina que su círculo de influencia se encoja.

Cuando trabajamos en nuestro círculo de preocupación otorgamos a cosas que están en su interior el poder de controlarnos. No estamos tomando la iniciativa proactiva necesaria para efectuar el cambio positivo.

 Quizás basta con un ejemplo sencillo para que se entienda mejor el concepto.

El clima. No lo podemos controlar. Y sin embargo puede influir en nuestros planes. En nuestro estado de ánimo.

Hay personas que elegirán sentirse molestas porque llueva, cancelarán sus planes y hagan lo que hagan como alternativa, ese día será menos válido que un día de sol. Son personas que ante esa situación se muestran reactivas: se pre-ocupan por algo que no pueden cambiar (que llueva) y tienen "dificultades" para ocuparse (buscar alternativas).
Esto hace que su círculo de influencia se reduzca de forma considerable, haciendo que su círculo de preocupaciones sea mayor.
El círculo de preocupación es el mayor generador de stress gratuito (porque cargas con la responsabilidad de hechos que crees inconscientemente que dependen de tí)

Otras personas, ante esa misma situación, decidirán ponerse katiuskas, chapotear, leer un libro, ir al cine y disfrutar de todo ello sin un ápice de decepción, viviendo el aquí y el ahora y sacando máximo partido de él.
Son personas pro-activas que ante estos hechos que no pueden controlar se ocupan y no se pre-ocupan.
Al aumentar sus alternativas, aumenta su círculo de influencia (porque son capaces de cambiar lo que está en su mano) y al aumentar su círculo de influencia se reduce el circulo de preocupación y con él, el stress gratuito.

Os invito a que trasladeis este concepto a vuestra situación actual. Pensad en vuestras preocupaciones cotidianas e intentad dar a cada cosa su verdadera importancia. Es una buena forma de aligerar el peso de la mochila y caminar ligero y disfrutando del paisaje!

Como dice un proverbio chino.... "si el problema tiene solución, para qué preocuparse? y si no la tiene...para qué preocuparse!? "

sábado, 16 de julio de 2011

Los beneficios de la Asertividad

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad.

En la pasividad, evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta y aceptamos lo que el otro quiera para no crear una situación tensa o conflicto.

En la agresividad, lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos e incluso perdemos credibilidad ya que nos descontrolamos y nos desviamos de nuestro punto de partida no dejando que seamos capaces de defender nuestros pensamientos con argumentos claros.

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma amable, franca, etc., pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse, y es que...muchas veces no nos atrevemos a expresar lo que sentimos de verdad! 
Pero si sabemos que lo estamos haciendo de forma adecuada, que nadie se puede ofender... esto debería ayudarnos a atrevernos a hacerlo. 
Es por ello que la práctica de la asertividad conduce a una reducción notable de la ansiedad. 

Por si no ha quedado claro, pongamos un ejemplo de tres reacciones ante una misma situación:

Un amigo acaba llega a cenar, pero una hora más tarde de lo que había dicho. No ha llamado para avisar que se retrasaría. Estás irritado por la tardanza. Tienes estas alternativas:
 
1.      CONDUCTA PASIVA. Saludarle como si tal cosa y decirle “Entra. La cena está en la mesa”.
2.      CONDUCTA AGRESIVA. Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te invito.
3.      CONDUCTA ASERTIVA. He estado esperando durante una hora sin saber lo que pasaba (hechos). Me has puesto nervioso e irritado (sentimientos), si otra vez te retrasas avísame (conducta concreta) harás la espera más agradable (consecuencias). 

Con la conducta pasiva, nos mordemos la lengua, nos reprimimos de nuestros sentimientos reales, y esto tiene su vuelta, porque al no haber resuelto emocionalmente la situación en el momento en el que ocurren los hechos...es posible que descarguemos el resentimiento en el futuro en esa misma persona o incluso en personas que no han tenido nada que ver en esa historia!
Con la conducta agresiva, nos basamos solo en nuestra versión, perdemos los papeles, nos convertimos en víctimas, nos cerramos a cualquier tipo de explicación (no contamos con todos los datos y actuamos desde nuestra percepción sin consultar lo que pasa en el otro lado)...
Desde la conducta asertiva, somos capaces de exponer los hechos, expresar cómo nos han hecho sentir, quedamos abiertos a intentar entender lo que ocurre del otro lado y negociamos los beneficios comunes futuros. Asi conseguimos que nuestra postura quede clara y nos hacemos respetar respetando al otro.

martes, 5 de julio de 2011

Visado para el equilibrio emocional !



En el post de reinauguración de este blog vaticinaba el uso que iba a dar a la tabla de la energía de las emociones y los estados emocionales y la influencia que tienen en nuestros comportamientos. Y aquí estoy de nuevo con ella!
Brevemente recordar que emociones, las tenemos todos en todo momento independientemente de nuestro estado emocional.
Que son rápidas (duran segundos incluso) , que tienen una corporalidad (es decir, producen en nuestro cuerpo una reacción: en la respiración, en el vello, en el bombeo del corazón.....) ,que apenas nos damos cuenta y hasta nos pueden llegar a pasar desapercibidas!

Una persona emocionalmente inteligente, se caracteriza entre otras cosas por poseer una alfabetización en sus emociones. Saber qué está sintiendo en cada momento. Ponerle nombre a cada emoción, percibir su corporalidad, manejarla y gestionarla. Es decir: autoconocimiento.

La realidad común a todos (y esto no se puede cambiar) es que todos vamos a sentir en algún momento de nuestra vida todas y cada una de  las emociones.  
Pero ya es trabajo de cada uno el que nos paremos a pensar en lo que nos producen, en lo que nos hacen sentir, en cómo reaccionamos y nos comportamos ante ellas, y cómo pasamos de una fase a otra.

El truco está en conseguir el visado/pasaporte que nos haga movernos de una forma saludable y ligera por todas ellas.

El auto-control del tiempo que nos permitimos pasar en cada emoción es de suma importancia: Si sentimos enfado y dejamos correr el tiempo estancados en esa emoción, nos provocará  más emociones de ese cuadrante: ironía, rabia, resentimiento y desembocará si dejamos pasar aún más tiempo en, incluso, agresión (verbal/física)!
Pasar demasiado tiempo en la tristeza hace que caigamos en una espiral de la que resulta difícil salir: apatía, resignación, frustración...
Pasar demasiado tiempo en la alegría hace que perdamos credibilidad, o nuestro entorno nos tome por "locos", o generemos incluso  desconfianza...

El tiempo que pasemos en cada emoción también puede llegar a afectar a nuestra salud:
Una persona sumida en la tristeza de forma prolongada podrá verse afectada en los riñones, el estómago...Una persona en contínuo estado de nerviosismo, rabia, ira podrá tener más fácilmente problemas cardiovasculares, ictus...

Como veis, una de las primeras conclusiones que podemos extraer de estos hechos es que en gran parte somos responsables de inducirnos a tal o cual estado emocional. Por supuesto que los agentes externos también tienen que ver, pero una vez más...en nosotros está decidir cómo queremos que nos afecte!

Emocionalmente inteligente es aquel que consigue estar en equilibrio, o lo que es lo mismo: permanecer poco tiempo en cada emoción que le invade,  sacar el mayor partido de cada una de esas emociones y utilizar la energía de lo aprendido y experienciado para pasar de un cuadrante al otro.
Como estamos "condenados" a vivir nuestra vida continuamente  saltando de un cuadrante a otro, en nuestra mano está aprender a saber dónde estamos en cada momento, y determinar con qué recursos contamos para salir de ahí  y evolucionar.
A la larga, seguiremos siendo quienes nacimos pero a lo largo de la vida y a través del auto conocimiento tendremos la capacidad de desarrollar las habilidades para que tal o tal emoción no nos arruine la existencia :)
Y asi, una persona tímida por naturaleza podrá permitirse el soltarse la melena y dejarse llevar y una persona nerviosa logrará encontrar momentos de serenidad y concentración.


También, ser conscientes de nuestras emociones puede ayudar a determinar cuándo es el mejor momento para planificar, para llevar a cabo una acción o cambio, para escuchar, para hablar, para callar...