sábado, 3 de marzo de 2012

La intuición

Según el dicionario, la intuición es la capacidad de comprender las cosas de forma instantánea sin necesidad de razonar.
Desde un prisma científico, la intuición es una forma de razonar, la vía más rápida de nuestro cerebro para llegar a una conclusión.
Muchas veces acierta, otras no.
Depende de la autoconfianza y la experiencia.
...Las corazonadas podrían estar cargadas de razón!
Os invito a ver este interesante y ameno reportaje sobre este concepto!

http://www.rtve.es/alacarta/videos/tres14/tres14-intuicion/1333174/

Fuente: Tres14, RTVE

martes, 3 de enero de 2012

En busca del "0 parásitos"

Un parásito es una cosa que nos consume energía y que aún toleramos.
Algo que depende de nosotros y que podríamos suprimir.
El parásito puede ser algo sencillo que nos consume poco, como el hecho de no cambiar una bombilla cuando llevas días viendo que parpadea insistentemente o algo que nos consume mucho como relaciones complicadas con un colega/familiar pesimista, negativo...

Para comprender este objetivo del "0 parásitos" podemos utilizar el ejemplo de la manguera. Imaginaros un tubo de riego. Quereis regar el seto que se encuentra al fondo del jardín donde teneis unas rosas.
Resulta que vuestro tubo está perforado. Cada día, por a o por b, nosotros o los demás hacemos nuevos agujeros en el tubo. Éste acaba por tener fugas, y si no hacemos nada, cada día tiene más fugas. ¿Resultado? La presión disminuye cada vez más hasta el punto que apenas llega agua para regar el seto donde se encuentran las rosas.
En nuestra vida diaria, aceptamos esas fugas de agua, sufrimos esas pérdidas de energía.
Por efecto acumulativo, este modo de funcionar acaba por consumir toda nuestra energía vital y apenas somos consciente de ello.


Para alcanzar la cima del concepto "0 parásitos", el autor T. Leonard nos propone los siguientes retos:

1.No dejar escapar nuestra energía vital
2.Dejar de sufrir con situaciones que podríamos cambiar
3.No tolerar sin reaccionar, ser proactivo
4.Pasar a un estado de tolerancia 0, cero molestia, cero interferencia.
5.Dejar ya de contaminarnos inutilmente.
6.No permanecer pasivo frente a consumos de nuestra energía vital
7. Salir de los compromisos, de las explicaciones y de justificaciones.

Cuando no actuamos frente a un parásito, nuestro estado anímico se convierte en un estado de preocupación, irritación, falta de ganas, cansancio....en definitiva, vamos a acabar con poca energía vital. Nos sentiremos agobiados, estresados, con poca motivación y sin entusiasmo.

Sin embargo, cuando actuamos, nos encontramos con beneficios inmediatos. Sensación de no perder el tiempo, ni energía, nos sentiremos actores de nuestra vida. Progresaremos más rápido puesto que tendremos más energía, motivación y voluntad.
Tendremos más tiempo para dedicarnos a lo que queremos hacer.
Mejoraremos nuestra calidad de vida, con relaciones personales más auténticas, conseguiremos rodearnos de gente que no nos molesta y nos encontraremos mucho más positivos y relajados. Estaremos de mejor humor y lo proyectaremos hacia fuera, notando alrededor de nosotros un ambiente de energía positiva.

Para lograr esto, lo primero que tenemos que hacer es IDENTIFICAR los distintos parásitos que hay en nuestra vida y que nos consumen la energía.

Después, ser CONSCIENTES de por qué permitimos que nos afecten y cuáles son los costes directos (malestar, irritación, nervios, estrés...) e indirectos (problemas de salud, nivel de confianza, autoestima, sentimiento duradero de malestar o sufrimiento)
Debemos recordar que no podemos cambiar algo de lo que no somos conscientes.


Una vez llegados a este punto, es conveniente aprender a decir NO.
En las relaciones, el "otro" va hasta donde YO le dejo ir.
YO soy el responsable de los resultados que alcanzo.
Debemos saber lo que queremos y lo que NO queremos e INFORMAR al otro sobre lo que opino advirtiendole de las consecuencias.

Cuando un parásito traspasa tu límite:

-Hay que decírselo. El otro no puede adivinar lo que tú toleras o no. Es una forma de prevención para evitar malentendidos, y conflictos innecesarios.
-Decir lo que harás si sigue haciéndolo (Consecuencia)
-Si sigue, hacer lo que has advertido. (Límite)

De esta manera, con límites claros, concisos, fuertes y potentes, el otro sabrá que no debe traspasar tus límites.
Y por supuesto, siempre hay que respetar los límites de los demás para ser coherentes con nosotros mismos.

Reconozco que no es fácil...pero es cuestión de práctica y una forma de recuperar la seguridad en tí mismo y crear un entorno no tóxico.
Os deseo suerte!

Fuente: T. Leonard, Coaching, PNL



Visualización Creativa: el Poder de nuestra Mente

Conforme más entendemos la naturaleza energética de la materia y gracias a los descubrimientos y avances en ciencias como la física cuántica, podemos ver que la idea de que nuestros pensamientos pueden ser los responsables de crear nuestra realidad física y nuestras circunstancias de vida no resulta descabellada.

Así pues, aquellas visualizaciones que están orientadas a lograr satisfacer cualquiera de nuestros deseos, bien pueden ser la mejor manera de alcanzarlos, el asunto es que no lo podemos afirmar aún con total certeza. Es la famosa "Ley de la Atracción"

La visualización es, con absoluta certeza y con pruebas empíricas disponibles, una de las más importantes y efectivas maneras de transformar nuestra realidad y nuestra vida, a través de la transformación de nuestras emociones y nuestros pensamientos.

Está comprobado que las personas que usan la visualización adecuadamente transforman su manera de sentir y de ser, y con ello obtienen resultados maravillosos en su vida gracias al correcto uso de su imaginación y su pensamiento.

Visualizar es, en términos simples, imaginar vívidamente, con realismo e intensidad.
Imaginar usando todos nuestros sentidos para generar en nuestra mente un recuerdo claro de las actitudes, emociones, situaciones y reacciones que queremos provocar en nuestro interior. Es usar el pensamiento para diseñar en la mente lo que queremos hacer crecer en nuestra personalidad.
Por ejemplo, si se trata de provocar que nuestra forma de ser se vuelva más alegre, o más segura, o más paciente, o más relajada, la visualización es una de las herramientas más efectivas para lograrlo, siempre se realicen los pasos y ejercicios adecuados.

Pero ¿cómo es que tan sólo imaginar algo pueda provocar cambios reales en nuestra personalidad? ¿Cómo es que tan sólo pensarme más seguro o feliz, realmente puede generar autoestima o bienestar en mi vida? La respuesta a estas interrogantes se encuentra en la manera en que funciona nuestro cerebro.

Resulta que, según los descubrimientos realizados por los científicos que estudian el cerebro y sus procesos, la manera en que funciona nuestro cerebro cuando pensamos o imaginamos no es diferente a la manera en que funciona nuestro cerebro cuando vivimos la realidad.

Por ejemplo, aquellas ocasiones en que la vida nos ha brindado una sensación de alegría, nuestro cerebro activa ciertos procesos y genera ciertas reacciones en nuestro cuerpo. Cuando imaginamos esa situación alegre, aunque de hecho en la realidad no esté sucediendo, nuestro cerebro activa los mimos procesos y genera las mismas instrucciones hacia nuestro cuerpo que aquellas que generó cuando vivimos la realidad de una situación feliz.
Este hecho acaba por explicar el por qué usar la imaginación adecuadamente, a través de visualizaciones bien diseñadas, provoca que la personalidad, la manera de pensar, el estado de ánimo y hasta la salud física se vayan convirtiendo en una realidad.

Visualizar es provocar que el cerebro envíe señales al cuerpo para que sienta y viva la alegría, el bienestar, la seguridad y demás emociones que se quieran provocar en nuestra personalidad y nuestra vida. Además, las visualizaciones dan cambios en nuestro cerebro, que se vuelve más fuerte y capaz para reaccionar de manera positiva, automáticamente, frente a las más variadas situaciones de la vida. Nuestro cerebro literalmente crece y fortalece las conexiones de las neuronas que generan las emociones que hemos programado con la visualización.

Así, las visualizaciones generan hábitos mentales y emocionales que nos hacen reaccionar de manera automática en la forma en que hemos visualizado. Generan una nueva personalidad si así lo queremos. Y una nueva manera de ser es siempre la clave para obtener nuevos resultados en la vida. Nuestra manera de relacionarnos con los demás, de enfrentar los problemas de la vida, de tomar las oportunidades y los riesgos en la vida profesional y en general de todo lo que nos rodea, se vuelve positiva, adecuada y eficiente conforme más ejercicios de visualizaciones construyen nuestra nueva manera de ser.
Alegría, armonía en las relaciones de amistad, trabajo, pareja o familia, capacidad profesional o salud física, todos los aspectos de la vida se transforman y crecen trayéndonos éxito y bienestar a través de la visualización. Es por ello que, independientemente de la realidad o falsedad del nivel metafísico que se atribuye a la “Ley de Atracción”, es seguro que las visualizaciones son clave para transformar nuestras actitudes, pensamientos y emociones, y con ello nuestra vida. Además, si el lado metafísico resultara cierto, al visualizar, no sólo nuestro interior se hará positivo, sino que además atraeremos todas las circunstancias físicas para lograr y tener la vida que deseamos.

Fuente: técnicas Coaching, Estructuras de cambio, técnicas PNL...

jueves, 8 de septiembre de 2011

El Cuerpo y las Emociones

El sistema emocional está compuesto por tres factores que están siempre conectados entre sí: Cuerpo, Mente y Lenguaje. Cada emoción se traduce en un pensamiento (y posterior conducta), palabras (emociones que expresamos con palabras: PNL) y una corporalidad (gestos, variaciones en la respiración, contracción de músculos....) y si alguno de los factores "falla", los otros dos se encargan de delatarnos.

En más ocasiones de las que creemos,  la enfermedad física es el resultado de un desequilibrio emocional que persiste a través del tiempo.  Las enfermedades psicosomáticas son producidas por somatizaciones del individuo, es decir, cuando la relación mente-cuerpo se ve alterada debido a emociones displacenteras, sentimientos negativos, modificaciones del ciclo vital o situaciones de alto impacto emocional, las cuales producen estrés, que puede representarse en forma de síntomas o enfermedades físicas.

La cuestión es, una vez más, pararnos a pensar cuál puede ser el origen real de nuestra dolencia.
Pongamos un ejemplo:

Una persona desde hace años sufre habitualmente dolencias en el estómago. Si se pone enferma, normalmente tiende a sufrir ardor, espasmos intestinales...
Por supuesto que el dolor es real, físico y no es imaginario o irreal. Se trata y se cura pero al tiempo...recaida. Y lo volvemos a tratar....y al tiempo recaida...

Las dolencias de estómago persistentes, tienden a encontrar su origen en rabias contenidas. En no atreverse a auto-defenderse cuando nos sentimos atacados, en no descargar la energía en el momento en el que ocurre una emoción de tipo ira-rabia-enfado. Nos lo tragamos y creemos que ya está solucionado el tema. Pero el cuerpo no olvida, y esa no-gestión de esas emociones repercute en el cuerpo y se puede llegar a convertir en algo crónico.

El cuerpo nos manda contínuamente señales a las que muchas veces ni tan siquiera hacemos caso pero que están pidiendo a gritos un poco de atención.
Las medicinas, curan... pero la gestión de las emociones, previene.

Vivimos en una sociedad millonariamente endeudada con la industria farmaceútica, todo lo curamos con medicinas, pero apenas se invierte en la prevención de muchas dolencias que son psicosomáticas.

Si se invirtiera más en la prevención (gestión emocional -en cualquiera de sus múltiples variedades- en este caso) se reduciría por ejemplo,en gran medida el ausentismo laboral por dolencias, depresiones, cansancios crónicos...
Nos hemos abandonado a poner de forma ciega soluciones automáticas a nuestras dolencias sin pararnos a autoconocernos y a saber los posibles orígenes de lo que nos hace ponernos enfermos.

Asimismo, está constatado que las siguientes emociones por ejemplo, correlacionan en doble proporción de lo normal con los siguientes trastornos físicos:

Ansiedad crónica = Asma
Pesimismo = Artritis
Tensión excesiva = Jaqueca
Irritación constante = Úlcera
Desconfianza elevada = Enfermedades Cardiácas 

Desde los años 50 existen numerosas investigaciones que así lo demuestran y aunque en este blog solo pretendo introducir y divulgar conceptos básicos para que simplemente se sepa que existen, si alguno está interesado, cuento con más información al respecto y sino, hay mucha información más técnica en una amplia bibliografía.

Aquí os dejo estas líneas que sirven de ejemplo como introducción al tema...quizás os sintais identificados con algunas de vuestras dolencias!

....Muchas veces....

El catarro "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?

miércoles, 27 de julio de 2011

No te pre-ocupes....ocúpate!

Cada persona está, a lo largo de su vida, rodeada de personas, hechos, retos, situaciones... y en la medida en que podemos, para sentirnos seguros, intentamos controlar o responsabilizarnos  del mayor perímetro posible de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y cuando no controlamos todo lo que nos gustaría, entramos en una espiral de stress, de agotamiento, sentimiento de que todo va en contra de nosotros, de que vamos contra la marea, de que todo nos sale mal, de que nadie nos entiende, de que nos pisan, atacan...

Y es que a veces nos empeñamos en abarcarlo todo sin pararnos a pensar.

Según Stephen R. Covey, existen dos núcleos que rodean a cada persona. Está el círculo de influencia y el círculo de preocupación.
 

En el círculo de preocupación están aquellos hechos que nos preocupan y que no podemos controlar hagamos lo que hagamos.

En el círculo de influencia están los hechos o situaciones que sí podemos cambiar mediante nuestra acción.

Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el círculo de influencia. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, se amplía y aumenta, lo cual conduce a la ampliación del círculo de influencia.
Por otra parte, las personas reactivas centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas/situaciones, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De ello resultan sentimientos de culpa y de impotencia. La energía negativa generada por ese foco, combinada con la desatención de las áreas en las que se puede hacer algo, determina que su círculo de influencia se encoja.

Cuando trabajamos en nuestro círculo de preocupación otorgamos a cosas que están en su interior el poder de controlarnos. No estamos tomando la iniciativa proactiva necesaria para efectuar el cambio positivo.

 Quizás basta con un ejemplo sencillo para que se entienda mejor el concepto.

El clima. No lo podemos controlar. Y sin embargo puede influir en nuestros planes. En nuestro estado de ánimo.

Hay personas que elegirán sentirse molestas porque llueva, cancelarán sus planes y hagan lo que hagan como alternativa, ese día será menos válido que un día de sol. Son personas que ante esa situación se muestran reactivas: se pre-ocupan por algo que no pueden cambiar (que llueva) y tienen "dificultades" para ocuparse (buscar alternativas).
Esto hace que su círculo de influencia se reduzca de forma considerable, haciendo que su círculo de preocupaciones sea mayor.
El círculo de preocupación es el mayor generador de stress gratuito (porque cargas con la responsabilidad de hechos que crees inconscientemente que dependen de tí)

Otras personas, ante esa misma situación, decidirán ponerse katiuskas, chapotear, leer un libro, ir al cine y disfrutar de todo ello sin un ápice de decepción, viviendo el aquí y el ahora y sacando máximo partido de él.
Son personas pro-activas que ante estos hechos que no pueden controlar se ocupan y no se pre-ocupan.
Al aumentar sus alternativas, aumenta su círculo de influencia (porque son capaces de cambiar lo que está en su mano) y al aumentar su círculo de influencia se reduce el circulo de preocupación y con él, el stress gratuito.

Os invito a que trasladeis este concepto a vuestra situación actual. Pensad en vuestras preocupaciones cotidianas e intentad dar a cada cosa su verdadera importancia. Es una buena forma de aligerar el peso de la mochila y caminar ligero y disfrutando del paisaje!

Como dice un proverbio chino.... "si el problema tiene solución, para qué preocuparse? y si no la tiene...para qué preocuparse!? "

sábado, 16 de julio de 2011

Los beneficios de la Asertividad

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad.

En la pasividad, evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta y aceptamos lo que el otro quiera para no crear una situación tensa o conflicto.

En la agresividad, lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos e incluso perdemos credibilidad ya que nos descontrolamos y nos desviamos de nuestro punto de partida no dejando que seamos capaces de defender nuestros pensamientos con argumentos claros.

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma amable, franca, etc., pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse, y es que...muchas veces no nos atrevemos a expresar lo que sentimos de verdad! 
Pero si sabemos que lo estamos haciendo de forma adecuada, que nadie se puede ofender... esto debería ayudarnos a atrevernos a hacerlo. 
Es por ello que la práctica de la asertividad conduce a una reducción notable de la ansiedad. 

Por si no ha quedado claro, pongamos un ejemplo de tres reacciones ante una misma situación:

Un amigo acaba llega a cenar, pero una hora más tarde de lo que había dicho. No ha llamado para avisar que se retrasaría. Estás irritado por la tardanza. Tienes estas alternativas:
 
1.      CONDUCTA PASIVA. Saludarle como si tal cosa y decirle “Entra. La cena está en la mesa”.
2.      CONDUCTA AGRESIVA. Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te invito.
3.      CONDUCTA ASERTIVA. He estado esperando durante una hora sin saber lo que pasaba (hechos). Me has puesto nervioso e irritado (sentimientos), si otra vez te retrasas avísame (conducta concreta) harás la espera más agradable (consecuencias). 

Con la conducta pasiva, nos mordemos la lengua, nos reprimimos de nuestros sentimientos reales, y esto tiene su vuelta, porque al no haber resuelto emocionalmente la situación en el momento en el que ocurren los hechos...es posible que descarguemos el resentimiento en el futuro en esa misma persona o incluso en personas que no han tenido nada que ver en esa historia!
Con la conducta agresiva, nos basamos solo en nuestra versión, perdemos los papeles, nos convertimos en víctimas, nos cerramos a cualquier tipo de explicación (no contamos con todos los datos y actuamos desde nuestra percepción sin consultar lo que pasa en el otro lado)...
Desde la conducta asertiva, somos capaces de exponer los hechos, expresar cómo nos han hecho sentir, quedamos abiertos a intentar entender lo que ocurre del otro lado y negociamos los beneficios comunes futuros. Asi conseguimos que nuestra postura quede clara y nos hacemos respetar respetando al otro.

martes, 5 de julio de 2011

Visado para el equilibrio emocional !



En el post de reinauguración de este blog vaticinaba el uso que iba a dar a la tabla de la energía de las emociones y los estados emocionales y la influencia que tienen en nuestros comportamientos. Y aquí estoy de nuevo con ella!
Brevemente recordar que emociones, las tenemos todos en todo momento independientemente de nuestro estado emocional.
Que son rápidas (duran segundos incluso) , que tienen una corporalidad (es decir, producen en nuestro cuerpo una reacción: en la respiración, en el vello, en el bombeo del corazón.....) ,que apenas nos damos cuenta y hasta nos pueden llegar a pasar desapercibidas!

Una persona emocionalmente inteligente, se caracteriza entre otras cosas por poseer una alfabetización en sus emociones. Saber qué está sintiendo en cada momento. Ponerle nombre a cada emoción, percibir su corporalidad, manejarla y gestionarla. Es decir: autoconocimiento.

La realidad común a todos (y esto no se puede cambiar) es que todos vamos a sentir en algún momento de nuestra vida todas y cada una de  las emociones.  
Pero ya es trabajo de cada uno el que nos paremos a pensar en lo que nos producen, en lo que nos hacen sentir, en cómo reaccionamos y nos comportamos ante ellas, y cómo pasamos de una fase a otra.

El truco está en conseguir el visado/pasaporte que nos haga movernos de una forma saludable y ligera por todas ellas.

El auto-control del tiempo que nos permitimos pasar en cada emoción es de suma importancia: Si sentimos enfado y dejamos correr el tiempo estancados en esa emoción, nos provocará  más emociones de ese cuadrante: ironía, rabia, resentimiento y desembocará si dejamos pasar aún más tiempo en, incluso, agresión (verbal/física)!
Pasar demasiado tiempo en la tristeza hace que caigamos en una espiral de la que resulta difícil salir: apatía, resignación, frustración...
Pasar demasiado tiempo en la alegría hace que perdamos credibilidad, o nuestro entorno nos tome por "locos", o generemos incluso  desconfianza...

El tiempo que pasemos en cada emoción también puede llegar a afectar a nuestra salud:
Una persona sumida en la tristeza de forma prolongada podrá verse afectada en los riñones, el estómago...Una persona en contínuo estado de nerviosismo, rabia, ira podrá tener más fácilmente problemas cardiovasculares, ictus...

Como veis, una de las primeras conclusiones que podemos extraer de estos hechos es que en gran parte somos responsables de inducirnos a tal o cual estado emocional. Por supuesto que los agentes externos también tienen que ver, pero una vez más...en nosotros está decidir cómo queremos que nos afecte!

Emocionalmente inteligente es aquel que consigue estar en equilibrio, o lo que es lo mismo: permanecer poco tiempo en cada emoción que le invade,  sacar el mayor partido de cada una de esas emociones y utilizar la energía de lo aprendido y experienciado para pasar de un cuadrante al otro.
Como estamos "condenados" a vivir nuestra vida continuamente  saltando de un cuadrante a otro, en nuestra mano está aprender a saber dónde estamos en cada momento, y determinar con qué recursos contamos para salir de ahí  y evolucionar.
A la larga, seguiremos siendo quienes nacimos pero a lo largo de la vida y a través del auto conocimiento tendremos la capacidad de desarrollar las habilidades para que tal o tal emoción no nos arruine la existencia :)
Y asi, una persona tímida por naturaleza podrá permitirse el soltarse la melena y dejarse llevar y una persona nerviosa logrará encontrar momentos de serenidad y concentración.


También, ser conscientes de nuestras emociones puede ayudar a determinar cuándo es el mejor momento para planificar, para llevar a cabo una acción o cambio, para escuchar, para hablar, para callar...