A raiz del post "Nos vamos de pesca" (donde hablaba de la diferencia entre querer ayudar a alguien o acompañarle en su camino sin interferir en sus acciones ni juzgarlo, simplemente estando ahí), surgieron entre algunos de mis fieles seguidores ;0) algunas preguntas o hipótesis.
De forma casi innata, tendemos a querer ayudar, aconsejar, proteger a las personas que consideramos que necesitan nuestra ayuda.
Para "ayudar" debe existir un "problema o una dificultad" en la otra persona y estaría bien definir, de buenas a primeras ese problema.
¡Hay problemas de tantos tipos! Y aunque no somos expertos, la intuición o nuestra percepción nos lleva a diagnosticar y a actuar sin apenas preguntar si la otra persona necesita nuestra "ayuda".
Centrándonos un poco, ocurren casos en que la otra persona no desea ser "ayudada". Puede ser que no reconozca que "tiene" un problema, puede ser que se sienta agobiad@ por los "consejos" que todo el mundo vierte pasando por encima de SU percepción de la realidad o que su celo por no dejarse influenciar por nadie le impida en algún momento pararse a depositar sus inseguridades, miedos y pensamientos en otras personas.
Es entonces cuando deberíamos dejar nuestro ego (ese irrefrenable deseo de sentenciar un futuro que aún no ha ocurrido, ayudar y dar soluciones a la otra persona pasando por encima de ella) a un lado, desarrollar la escucha empática (es decir ESCUCHAR, COMPRENDER SU "DOLOR", sin juzgar, ni dar opinión. Simplemente escuchar con los 5 sentidos) y ofrecerle nuestro apoyo.
Algunas de las personas que en algún momento se ven envueltas en un momento difícil, muchas veces solo buscan que las escuchen, no esperan consejo ni ayuda. Simplemente un lugar en una apartada orilla donde parar a pensar, donde pasar su "duelo", donde ser comprendido. Desde el recogimiento y la tranquilidad, ya se irá esclareciendo su mente y poco a poco , y por sí misma, volverá a su ser o a un estado desde el que actuar de forma serena.
Y es ahí donde probablemente buscará, de forma natural y espontánea a esa(s) persona(s) flexible(s), capaces de escuchar y acompañar sin juzgar.
En realidad, cada uno buscamos nuestro momento de duelo, recogimiento y nuestro momento de pedir ayuda o actuar.
Es un proceso interno, y por mucho que alguien nos quiera ayudar, si no estamos "maduros" dentro de nuestro proceso, difícilmente aceptaremos que alguien nos invada con sus ayudas y consejos (por muy buenos que sean).
De hecho, también puede ocurrir que nos encontremos con personas que , ante una dificultad, acudan a todo su entorno suplicando ayuda, consejo, trucos y tiritas para su problema que le hagan salir del bache momentáneamente.
Pero así quizás estemos creando un ser dependiente emocionalmente y considero que si realmente nos importa esa persona deberíamos intentar guiarla hacia la interdependencia de tomar sus propias decisiones SEAN LAS QUE SEAN (y no precisamente las que nosotros creamos que tienen que ser) y apoyarla estando siempre ahí ofreciendo una red de seguridad.
Aquí cada uno es responsable de sí mism@. Y cada uno verá cómo quiere llevar su proceso interno de resolución de conflictos personales.
Sobre este tema, podríamos extendernos tanto....cada caso es distinto y desconozco si existe alguna teoría al respecto. Hablo desde la experiencia, y los pocos conocimientos que tengo. Pero está claro que con estos temas, solo se puede actuar desde la querencia de la otra persona.
"El maestro no aparece hasta que el alumno está preparado".
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